Los jóvenes atrapados ayudan a las amazonas (la arrasadora fuerza femenina de la isla) a presentar una versión teatral vertiginosa de la rutina de gimnasia clásica.
Ocho artistas en una actuación que combina las técnicas de la barra horizontal con las artes circenses. Los artistas realizan el número en una estructura central con forma de cubo, con dos barras más a cada lado del cubo. Las diversas partes de la estructura giran, algunas veces en la misma dirección, otras en sentido contrario... para mantener expectantes a los asistentes.
Una tortuga gigante en el centro del escenario representa los origenes de la vida en la tierra. El caparazón de la criatura nos transporta, revelando una comunidad efervescente de anfibios y peces que viven por debajo del caparazón. Irrumpiendo en un juego en una serie de barras paralelas; los artistas encarnando a ranas se lanza al aire desde un Power Track y saltan de una barra a otra, cruzándose en el aire con centímetros de distancia.